martes, 1 de diciembre de 2009

CABALLO ESPAÑOL





El origen del caballo español se remonta en la historia evolutiva del caballo sin que se pueda fijar una fecha concreta de su aparición sobre nuestra tierra. Sí es cierto que en la época prerrománica ya existían referencias ecuestres en lo que hoy se conoce como España. Autores romanos como Plutarco, Plinio el Viejo y Séneca nos hablan del caballo de Hispania, como un ejemplar bello, dócil, arrogante y valiente, ideal para la guerra y para los juegos que se desarrollaban en los circos de la época. El Rey Felipe II ordena la cabaña caballar de su reino y pone las bases definitivas para que el Pura Raza Española alcance su apogeo en años venideros, y lo hace mediante la creación en 1567 de las Caballerizas Reales de Córdoba donde agrupa los mejores sementales y yeguas de las provincias que bordean el Guadalquivir, que por aquel entonces eran las más prolíficas en la cría de caballos. Nace así la Yeguada Real, que con el tiempo llegó a ser la Yeguada Nacional. Se envían multitud de caballos al continente americano, que influyen decisivamente en su exploración, y son origen y base de la mayoría de razas que posteriormente se criaron en dicho continente. En Europa, España vive la edad de oro y el regalo más destacado de nuestra monarquía española era el de sus magníficos caballos que pronto alcanzaron gran reputación y fueron decisivos en el nacimiento de razas centroeuropeas por sus virtudes: belleza, temperamento, inteligencia y habilidad para la doma, destacando entonces en los ejercicios de la incipiente alta escuela, origen de la actual doma clásica.

viernes, 27 de noviembre de 2009

RAZAS MAS COMUNES

Albino

Andaluz

Apaloosa

Breton

Crusado Americano

Cruzado Argentino

Frison

Holandes sangre caliente

Lusitano

Mallorquin

Palomino

Percheron Frances

Peruano de paso

Pinto

Poni americano

Poni gales

Poni pintado ingles

Poni de silla ingles

Pura raza española

Pura salgre Anglo-Arabe

Pura sangre Arabe

Pura sangre Ingles

miércoles, 25 de noviembre de 2009

LA HISTORIA DEL CABALLO
CABALLO
Nombre común de una especie de mamífero perisodáctilo que pertenece a la familia de los Équidos. Esta familia incluye tres grupos de mamíferos salvajes: un primer grupo está constituido por las cebras, originarias de África; un segundo grupo comprende a los asnos, que a su vez incluye al asno salvaje africano, al kiang y al onagro, que habitan en Asia y, por último, el tercer grupo está representado por los caballos propiamente dichos. Hay dos tipos de caballos salvajes: el tarpán y el caballo de Przewalski; algunos autores lo consideran como dos especies distintas, mientras que otros mantienen la existencia de una sola especie, el tarpán; el caballo de Przewalski había sido una raza oriental del anterior.El tarpán era originario de la zona comprendida entre Europa oriental y Mongolia; se extinguió de Europa a principios del siglo XIX. Por otro lado, el caballo de Przewalski habitó en Mongolia y parte de China hasta el siglo pasado, la única especie de caballo salvaje que hay en la actualidad; ahora sólo se conserva en cautividad y cuando se cruza con el caballo doméstico produce una progenie fértil (capaz de reproducirse). En otras regiones del mundo hay caballos que también reciben el calificativo de salvajes (como los de Estados Unidos), pero en realidad son cimarrones descendientes de caballos domésticos que se han asilvestrado. La característica anatómica más notable del caballo moderno es la presencia de un único dedo en cada una de sus extremidades. Por este motivo se le considera un perisodáctilo, es decir, un ungulado con número impar de dedos.El orden de los Perisodáctilos comprende los caballos, los rinocerontes y los tapires. El dedo del caballo, que corresponde al tercer dedo de la especie humana (dedo corazón), se ha alargado mucho y está protegido por una pezuña córnea que rodea sólo la parte frontal y lateral del pie. Los dedos segundo y cuarto son vestigiales (restos atrofiados de los dedos funcionales primitivos), y están situados más arriba y a cada lado de la pezuña.Los huesos de la cabeza del caballo son largos y los de la cara tienen el doble de longitud que los del cráneo. La mandíbula inferior también es larga y posee una superficie ancha y aplanada en la parte inferior de la zona posterior.
La columna vertebral está compuesta por las siguientes vértebras: 7 cervicales, 18 dorsales, 6 lumbares, 5 sacras y 15 caudales.
Los caballos tienen un total de 44 dientes; cada hemimandíbula está formada por 3 incisivos, 1 canino, 4 premolares y 3 molares.Los incisivos, que utiliza para cortar la hierba, crecen formando un semicírculo.Entre los dientes caninos y los premolares hay un espacio bien diferenciado que se denomina diastema; en este hueco se encaja el bocado para dirigir al caballo cuando se le monta.Todos los dientes se caracterizan por tener unas coronas muy altas y unas raíces pequeñas en comparación.
El estómago del caballo es simple y la fermentación de la celulosa del alimento tiene lugar en el ciego, análogo al apéndice de los seres humanos; está situado en el punto de unión del intestino grueso y el delgado, y en un caballo grande puede tener una capacidad de unos 38 litros.
Respecto a la reproducción, ambos sexos alcanzan la madurez sexual a los dos años; sin embargo, no se emplean con fines reproductivos hasta los 3 años. El periodo de gestación dura unos once meses y la hembra pare una única cría; el nacimiento de gemelos es algo excepcional, así como los partos de tres o más potros.
HISTORIA EVOLUTIVA DEL CABALLO MODERNO
La historia de la evolución del caballo está bien documentada y el registro fósil muestra con claridad una reducción progresiva del número de dedos, pasando de un animal ramoneador pequeño de cuatro dedos (perteneciente a una línea evolutiva que dio lugar, además del caballo, a los tapires, los rinocerontes y otros mamíferos), a un animal con un tamaño mayor, que pastaba hierba y tenía las patas formadas por un único hueso terminado en un solo dedo: el caballo moderno.El Eohippus, similar en aspecto a un perro, vivió hace 60 millones de años y sus molares carecían de superficies trituradoras grandes para masticar la vegetación carnosa de su hábitat. Con la expansión de las praderas en el mioceno, hace 25 millones de años, tan solo sobrevivieron aquellos animales cuyos dientes estaban adaptados para triturar el alimento. Por otro lado, el cambio hacia un clima más árido produjo un endurecimiento del terreno y el dedo medio de Merychippus se alargó para soportar la tensión de su peso, convirtiéndose en un único dedo en Pliohippus. Las patas robustas del caballo evolucionaron para conseguir alcanzar velocidades lo bastante rápidas como para evitar a sus depredadores